Los primeros Monjes Cristianos, ermitaños y anacoretas

Un monje o una monja es una persona asceta que dedica su vida a una vocación religiosa, esta practica se encuentra tanto en el cristianismo como en otras religiones pero es más común en el cristianismo y el budismo.

Todo el mundo hemos visto monjes o monjas en el catolicismo pero a veces nos podemos preguntar o nos surge la duda de dónde viene todo esto, los monjes en otras religiones datan desde mucho tiempo antes que en el cristianismo, los monjes en el cristianismo como lo conocemos empieza en el siglo IV gracias a los ermitaños ya que ellos fueron los precursores de dichas practicas.

Los monjes en el cristianismo de aquellos primeros siglos se caracterizaban por vivir una vida solitaria y eremita, de alguna forma trataban de renunciar al mundo siguiendo literalmente las palabras de Jesús, según los 4 evangelios se habla de que Jesús recurría a los lugares solitarios apartados de la gente, por ende aquellos cristianos tomaban las redacciones como inspiración para sus vidas.


"A continuación, el espíritu le empujó al desierto, y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por satanás (San Marcos 1:12)"

Antes del siglo IV no existían los monjes como una vocación religiosa pero si personas con estilos de vida parecidos a las costumbres de los monjes pero sin los hábitos religiosos. En la literatura bíblica antes de Jesús se hablan historias sobre vidas que recurrían al silencio y a la soledad en busca de Dios al igual que versículos que inspiran tal cosa, Elías, Moisés pero sobre todo Juan el Bautista, se puede decir que Juan el bautista es el ejemplo más claro de un ermitaño viviendo en soledad en medio del desierto en busca de Dios. 

"Por aquellos días se presenta Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea. Convertíos porque ha llegado el Reino de los cielos. Éste es de quien habló el profeta Isaías cuando dice: 

Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del señor, enderezad sus sendas (San Mateo 3:1)"

Otro ejemplo de una comunidad ascética parecida a la vida de los monjes antes de cristo son los Esenios, Los esenios eran un grupo de ascetas judíos que vivían en comunidades, ellos solían vivir en su propia comunidad apartada de la sociedad en el desierto, más o menos parecido a una vida monástica que hoy en día conocemos, de hecho muchos historiadores creen que existe la probabilidad de que el mismo Juan el Bautista perteneció aquellas comunidades de ascetas conocidos como los esenios. 

Después de la muerte de Cristo y de los apóstoles, en el cristianismo ya existían ermitaños o anacoretas viviendo en soledad siguiendo literalmente los consejos de Jesús, pero la razón principal de la existencia de ermitaños en el desierto fue a causa de que en los primeros siglos el cristianismo era perseguido por las autoridades y la pena era de muerte, por esta razón muchas personas cristianas huían al desierto lejos de la sociedad para escapar de sus persecuciones llevando una vida solitaria en medio del desierto. Desterrados de sus ciudades y apartados del mundo exterior su único consuelo eran los textos sagrados y así tomar como inspiración esas palabras que hablaban sobre soledad y el desierto. 

Como ya mencioné anteriormente en los primeros siglos del cristianismo la mayoría de los ermitaños que vivían en soledad en medio del desierto era por refugiarse de las autoridades que perseguían a muerte a los cristianos, con el pasar del tiempo ese tipo de vida inspirarían a nuevas generaciones a seguir sus pasos.

A finales del siglo III dicha practica se había hecho algo muy común, ya existía una considerable cantidad de ermitaños y anacoretas esparcidos por el desierto y también comunidades de tales personas, a todos esos ermitaños y anacoretas del siglo III y IV se le conocieron como Padres del desierto o Madres del desierto para referirse a aquellas mujeres eremitas.

Algunos ejemplos de aquellas personas ermitañas del siglo III y IV también conocidos como padres del desierto son:

Pablo de Tebas: Pablo huyendo de la gran persecución del emperador Decio se retiró a refugiarse en el desierto, la soledad y el silencio le sirvió como inspiración para encontrar a Dios y por esta razón ya no quiso regresar, cuenta la leyenda que era alimentado por trozos de pan que un cuervo le llevaba. La iglesia católica lo reconoce como el primer ermitaño cristiano pero bien se sabe que hubo muchos otros antes que él aunque no fueron famosos, de hecho la fama de Pablo de Tebas fue gracias a los escritos a Jerónimo de Estridón nombràndolo como el primer ermitaño (Vita Sancti Pauli primi eremitae). 


Antonio de Abada, Fue este personaje quién hizo de los ermitaños y anacoretas en monjes, organizó las comunidades monásticas formando las primeras ordenes monacales, se le considera el fundador de la vida monástica en el cristianismo. Antonio de Abada a los 20 años de edad decidió seguir literalmente los consejos de Jesús según los evangelios() y decidió dar todas sus posesiones a los pobres y llevar una vida ascética en medio del desierto.



"Pues de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a sus bienes no puede ser discípulo mío" (San Juan 6:15)."


Durante el siglo IV la vida ascética había alcanzado mucha popularidad y esto causó que un gran número de personas decidiera convertirse en eremitas o anacoretas, en ese tiempo no había reglas específicas ni organizadas para los anacoretas cristianos como los había para los sacerdotes, aquellos eremitas sólo eran movidos por su fe al desierto en donde llevaban una vida de penitencia y oración, ellos mismos hacían sus propios votos de castidad en secreto. En ese tiempo la religión cristiana ya era legal y por ende dejó de ser perseguida, la vida de eremitas cada vez crecía más y esto pudo haber preocupado a la iglesia o a otros grandes eremitas de un descontrol o desorden dentro de la religión y fue allí donde intervino Antonio.

 
Antonio de Abad ayudó a guiar a muchos otros ermitaños en su vida de anacoretas, a él recurrían muchos otros ermitaños para escuchar sus palabras y consejos, además inició una organización sólida sobre las comunidades de anacoretas y eremitas. A pesar de que Antonio de Abad ayudó a organizar las comunidades cristianas o vidas monásticas jamás optó por una vida monástica y en comunidad, él decidió llevar una vida en retiro y soledad por casi el resto de su vida. En el arte cristiano se le representa al lado de un cerdo, la leyenda cuenta que una vez se encontró con un jabalina con sus crías que padecían de ceguera, Antonio de Abad con la fe de Dios curó a sus crías devolviéndoles la vista, desde entonces la jabalina siguió a Antonio como muestra de su agradecimiento, es por esta razón que se le denomina como el Patrón de los animales.


Jerónimo de Estridón, este personaje nació en el siglo IV y es famoso por su erudición en letras, su obra más celebre fue el haber traducido la biblia completa del griego y hebreo al latín, es considerado uno de los cuatro grandes padres de la iglesia junto con Agustín de Hipona, llegó a vivir 105 años edad y casi la mitad de su vida la vivió en soledad como ermitaño, alrededor de los 27 años de edad decidió retirarse al desierto durante cuatro años como penitencia por sus pecados, y sus últimos 35 años de vida las pasó en una gruta cerca de Belén. A pesar de ser ordenado sacerdote llevaba una vida monástica y eremita como un monje. Por su trabajo celebre de traducir la biblia al latín se le considera como patrón de los traductores.





Simeón el Estelita: éste ermitaño nació a finales del siglo IV, lo que hace diferente a Simeón de los otros ermitaños es que llevó su abstinencia y austeridad a otro nivel, a tal grado que fue expulsado del monasterio al cual había ingresado a los 15 años de edad, no le bastó la soledad del desierto a causa de que peregrinos iban a visitarlo, a los 32 años de edad subió a una columna (que después de un tiempo llegó a medir 17 metros) con una pequeña plataforma en la cima donde pasó sus últimos 37 años de vida haciendo penitencia y oración. 


"Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. "Pero él se retiraba a lugares solitarios, donde oraba" (San Lucas 5:16)"

Aunque no hay muchos registro que muestren datos muy detallados sobre identidades específicas de mujeres ermitañas en los primeros siglos del cristianismo se saben que existieron gracias a los Apotegma que ellas mismas y otros ermitaños dejaron documentados, a esas mujeres ermitañas que llevaban una vida ascética similares a las de una monja se les conocían como "Madres del desierto" o Ammas del desierto, mientras a los hombres se le llamaban padres del desierto, por mencionar algunas de estas mujeres madres del desierto son, Amma Sara. que fue discípula de Antonio de Abad, Melania la joven, Amma Teodora, entre otras.

Estos son sólo algunos ejemplos de ermitaños pero hay registros de muchos otros más que se pueden decir que fueron los precursores de la vida monacal, los inspiradores de los futuros monjes y monjas. En la edad media la vida eremita solitaria en el desierto disminuyó bastante mientras por otro lado la vida monástica de clausura* empezaba a gozar de gran popularidad. Hoy en día la popularidad de la vida monacal se ha reducido pero todavía siguen existiendo los anacoretas y eremitas cristianos al igual que monjas y monjes viviendo una vida monástica de clausura.






*La vida monástica de clausura  es donde una comunidad de monjes o monjas viven dentro de un monasterio autosuficiente por el resto de su vidas donde se tiene muy poco contacto con el mundo exterior.

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